Las verdaderas razones
de la privatización del petróleo
Los argumentos para la modificación constitucional
con objeto de privatizar el petróleo no son nuevos: México produce cada vez
menos petróleo, Pemex no tiene dinero, Pemex requiere de nuevas tecnologías
para explotar nuevos yacimientos que no tiene. Veamos cada uno de ellos.
En cuanto al primer argumento la pregunta más obvia
es: ¿necesita México producir más petróleo? La respuesta es no. Veamos por qué:
a) El petróleo es un recurso no renovable. Por ese solo hecho, la explotación
de este recurso debería hacerse de forma racional y limitada. b) El petróleo es
una fuente de energía fósil que produce gases de efecto invernadero, causantes
del cambio climático global. Por este motivo a escala internacional el debate
central es cómo disminuir el consumo de estos combustibles y no cómo
aumentarlo. c) México no requiere más petróleo para su consumo nacional.
Actualmente México produce cerca de 2.5 millones de barriles diarios de
petróleo, 900 mil barriles menos que en 2004, el año de mayor producción
histórica de petróleo en México. Pero hoy por hoy, México necesita, para cubrir
la demanda nacional de petrolíferos (producidos nacionalmente e importados),
entre 1.9 y 2.0 millones de barriles diarios de crudo (considerando incluso
pérdidas). Es decir, producimos 2.5 millones de barriles diarios y necesitamos
2 millones para el consumo nacional. Hacia el futuro, si contenemos el
crecimiento de la demanda de petrolíferos a través de una verdadera estrategia
de eficiencia energética y uso de otras fuentes de energía (como lo propone la
propia Estrategia Nacional de Cambio Climático), la producción de petróleo
podría inclusive disminuir. d) A pesar de que México exporta menos crudo recibe
más dinero. En 2004 se exportaron casi 1.9 millones de barriles diarios, frente
a 1.1 de 2013. En particular, la exportación de crudo a Estados Unidos pasó de
1.5 millones de barriles diarios a 950 mil barriles diarios. Sin embargo, a
pesar de esta disminución, por concepto de exportación de crudo México recibió
21 mil 258 millones de dólares en 2004 y 46 mil 788 millones de dólares en
2012, ¡más del doble y récord en su historia!, debido al incremento
internacional del precio del barril de petróleo. ¿Entonces, para qué
necesitamos producir más? La respuesta resulta obvia frente a estos datos. No
es una necesidad nacional, es una necesidad de Estados Unidos.
El segundo argumento es que Pemex no tiene
recursos. Veamos los datos. Además de los 46 mil millones por exportaciones,
Pemex recibió por ventas internas de petrolíferos cerca de 60 mil millones de
dólares. Si descontamos 30 mil millones de dólares que eroga por importaciones,
el ingreso neto en 2012 es de cerca de 80 mil millones de dólares. Por
supuesto, parte de este recurso se va a los gastos de operación y mantenimiento
y alrededor de 52 por ciento en impuestos y derechos. Sin embargo, para 2013
Pemex recibió un presupuesto de cerca de 39 mil millones de dólares, de los
cuales alrededor de 70 por ciento tiene programado para inversión (como 30 mil
millones de dólares). En comparación y de acuerdo con la información en
Internet de la petrolera Shell, ésta tiene programados para este mismo año
cerca de 49 mil millones de dólares de inversión en todo el mundo. Considerando
las necesidades nacionales, el monto de Pemex es sumamente considerable. Por
supuesto podría ser más, si las grandes empresas privadas nacionales pagaran
impuestos, y podría usarse más eficientemente si disminuyera la corrupción. En
realidad, el dinero de las empresas petroleras multinacionales proviene de una
sola fuente y es la misma de Pemex: las ventas de crudo y de petrolíferos.
Finalmente el argumento de que Pemex no tiene
tecnología no sólo es patético sino es una falta de respeto a instituciones
públicas como la UNAM, el IPN y el IMP, que por años han formado algunos de los
mejores ingenieros civiles, petroleros y químicos del mundo. Por si fuera poco,
el desarrollo, transferencia y compra de tecnología se ha hecho en Pemex por
décadas.
Las razones de fondo de la privatización del
petróleo podrían ubicarse más bien de la siguiente manera: a) un dogmatismo
religioso de la clase gobernante hacia el neoliberalismo. Aun cuando el modelo
ha demostrado su fracaso, los hijos pródigos mexicanos de la escuela de Chicago
no pueden reconocerlo; b) la presión del gobierno de Estados Unidos (copado por
las trasnacionales petroleras) para recibir más petróleo de México y la
ideología de los gobernantes mexicanos de que mientras más cercanos estemos a
Estados Unidos, mejor; y c) la avaricia y corrupción de la clase política mexicana,
aliada con la gran oligarquía, para quedarse con parte del negocio.
Por ello, la defensa del artículo 27 constitucional
es hoy por hoy la defensa de la soberanía nacional y la oportunidad de un
proyecto nacional diferente. En 2008 las llamadas Adelitas en defensa
del petróleo gritaban una consigna: “No, no me da la gana ser una colonia norteamericana.
Sí, sí me da la gana ser una nación libre y soberana”.
Agradecimientos a
Claudia Sheinbaum
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